Iniciando una tradición familiar

Se conoce como ropón a la indumentaria habitual que suelen utilizar los bebés durante la ceremonia religiosa del bautizo (generalmente en iglesias católicas y cristianas), se trata de una prenda con un valor simbólico sumamente especial incluso comparable con el de un vestido de novia, pues son atuendos que, a pesar de que solo se usan durante un día y a veces incluso por un par de horas, adquieren un carácter que hacen que sean mucho que más que un trozo de tela. Por cientos de años se han utilizado este tipo de prendas dedicadas especialmente a las mujeres, durante este periodo de tiempo han tenido algunas invenciones y adaptaciones, pero a pesar del paso del tiempo no han perdido su esencia elegante y sofisticada. A pesar de que hoy en día algunas familias optan por elegir algunas opciones más modernas, muchas más siguen manteniendo la tradición del ropón que generalmente es responsabilidad de un padrino, debido a la importancia del mismos, por lo que a veces suelen acudir a algunos establecimientos dedicados a la venta de artículos para ceremonias religiosas, pero a pesar de esto no siempre obtienen uno que cumpla con las características de esa prenda que ha sobrevivido por generaciones.

La utilización de estos vestidos data de la edad media, donde la mayoría de las personas del continente europeo se convirtieron al cristianismo, por lo que se comenzaron a realizar las ceremonias de bautizo a bebés a los pocos meses de nacidos y en el caso de las niñas se comenzaron a usar vestidos de telas de colores claros, que eran confeccionados a medida, y posteriormente, en muchos casos adornados con bordados, encajes que le daban al ropón una belleza y elegancia digna de representar la santidad y purificación característica de esta ceremonia. Generalmente estos vestidos están integrados por varias piezas: como puede ser el propio vestido, el gorro, la enagua y en algunos casos una capa. Debido a que en sus inicios la utilización de estas indumentarias reflejaba un alto nivel de estatus, que en el inicio solo era compartido por las familias de la realeza europea, con el paso de los años y el crecimiento de la industria, aunado a la instauración de las colonias europeas en el continente americano, como es el caso de México, la utilización del ropón se ha vuelto casi obligatorio para todas las familias que en nuestro país, donde la religión más practicada es el catolicismo, realizan con gran devoción el sacramento del bautismo. Incluso aunque para el propio bebé es difícil que recuerde este acontecimiento, la celebración suele ir acompañada de una gran fiesta equiparable a la de una fiesta de quince años, pues refleja la integración de un nuevo creyente que se une a la fe de la iglesia católica.

Es entonces conveniente señalar que, aunque las familias invierten grandes cantidades para le celebración suelen enfocarse en el carácter más festivo de la ceremonia y dejan un poco de lado la relevancia de la propia ceremonia, en la que se presenta al niño ante Dios para agradecerle por su vida y encomendarse a la divinidad, a veces suelen dejar la selección del atuendo en un plano secundario, incluso a veces delegando en un padrino o familiar. Ciertamente en el mercado de la indumentaria de bautizo hay una gran variedad de fabricantes y estilo, pero no hay comparación con los ropones que se confeccionan de manera artesanal por algunos talleres locales que llevan años realizando esta labor, por lo que conocen con plena certeza los estilos y diseños que son adecuados para estas ceremonias. Lamentablemente a algunas personas les parece un poco excesivo el invertir en estos atuendos pero es importante señalar que el invertir en un ropón de calidad no solo garantiza que el bebé portara una prenda hecha a medida, con excelentes materiales y que conservará su valor por décadas, ejemplo de ello, es que en algunas familias, como comentamos previamente, de la realeza inglesa o española, siguen utilizando el mismo atuendo para sus ceremonias de bautizo durante cientos de años, como el que mandó confeccionar la reina Victoria de Inglaterra en 1841 para realizar el bautizo de su hija,  y que a la postre fue utilizado por su descendencia por más 150 años, fue tal la relevancia de este atuendo que en 2019, para el bautizo de Archie Harrison Mountbatten-Windsor, hija del príncipe Harry y Megan Markle, se mandó a hacer una réplica exacta del vestido que portó la primogénita de la reina Victoria. El modelo de color beige, hecho de finísima seda, encaje y listón de calidad insuperable fue realizado por artesanos de la más alta confianza de la realeza, además de algunos diseñadores italianos que ayudaron a recrear una de las “reliquias” más importantes de la corona.


Construir una tradición como esta, a partir de una prenda especial, asegura que daremos a una ceremonia de bautizo una dimensión especial por el hecho de saber que nuestro bebé está utilizando el mismo ropón que utilizó su madre, e incluso su abuela, por lo que recomendamos darle el trato adecuado a este tipo de indumentarias, procurando realizar los cuidados recomendados para no poner en riesgo la integridad de la prenda. En Wow Ceremonias estamos convencidos del valor que tienen estos vestidos por lo que nos hemos dedicado a confeccionarlos de tal manera que resistan el paso del tiempo, seleccionamos las mejores telas, que son bordadas y adornadas a mano para lograr una pieza única digna de convertirse en un gran recuerdo. Te invitamos a que revises nuestros ropones disponibles, nosotros te ayudaremos a que adquieras no sólo una pieza que hará lucir a tú bebé, sino que podrás convertirte en el iniciador de una tradición familiar.